Monday, March 26, 2007

MALDITOS VENCIDOS (I´M VOMIT IT)


Estrenar un año es como estrenar un traje, un traje ke irá ajustándose a nuestro cuerpo a medida ke vayan pasando los meses. Y mientras las mangas del 2007 nos parecen las de un gigante, colocamos los viejos años, llenos de remiendos y manchas de alcohol y carmín en la percha de la memoria. Pero, hay cosas ke nunca se olvidan y al mismo tiempo producen risa…
Ya se sabe ke a veces la originalidad engendra monstruos, y ke la moda es lo primero ke pasa de moda, de manera ke riesgo y tradición se dan cita a partes iguales cuando de música se trata.

Evitando caer en el cripticismo que atora mi mente, es de ley abrir fuego lanzando una pregunta al estrado: ¿Ke demonios es el indie para Ustedes?
Yo hace tiempo ke no logro definirlo, ni entenderlo, me basta con sentirlo, con olerlo como un autentico león hambriento. Supongo ke no soy el único en entender el indie como lubricación seminal, como hinchazón arterial severa…
Ahora resulta ke a cierto grupo de individuos se le dio - de carácter repentino- por el rollo “indie”. “Cierto grupo” ke hace algún tiempo desmeritó, maltrató, escupió, despotricó y lo ke es peor… ignoró esas mismas propuestas ke ahora consideran “cool” y pretenden vanagloriar. Propuestas subestimadas por ellos mismos por ser demasiado valientes, poderosas y geniales. Propuestas en busca de un estilo de raíces inconcretas y futuro aun más inconcreto, practicantes de una magia única ke no crea escuela, auténticos emblemas de lo diferente, exploradores de misterios para dar con una vibración insólita en música ke rekiere mas de una escucha y de dos, y ke adkiere más de dos lecturas y de tres.
¡Ahhh!... “aquel indie”, extraña etiketa asimilatoria creada en torno a unas cuantas referencias del panorama internacional independiente, en principio identificables con el indie rock norteamericano más estricto, pero también con sonidos shoegazer, algo de grunge e indie pop y hasta slowcore y power pop. Pero, no se adelanten snobs, modernos o estetas ke más allá de adkirir discos, adkieren revistas de tendencias para recortar la foto ke más les gusta y acuden a la pelukeria en busca de ese corte a la última.
¿De manera ke ahora, Ustedes mediocres, son unos indie-kids?
Puede ke como parte del proceso de crecimiento mental hayan decido cambiar ese pensamiento pobre y poco brillante, lo cual no es malo… el problema es ke no son esas las razones de tan apasionada permutación.
Como suele ocurrir no solo en este país, sino en cualkier lado del globo terrakeo- aunke de manera acentuada por estas comarcas – de la noche a la mañana se pasa de catapultar las míticas citas y sonidos de cierta música a elegir entre una oferta a todas luces excesiva, a la ke a lo largo de los años se fueron añadiendo propuestas de efímera vida, única edición y bastante recusables.
¿Porke ese cambio tan vehemente señores? Si ustedes nunca estuvieron dispuestos a viajar a ciegas, siempre fueron guiados por la moda… y ahora: ¡¿se hacen llamar indies?! … ¡me meo de la risa! (y en voz alta ni mas ni menos). Y no es humor, es más bien una satisfacción atávica al comprobar ke las desventuras de los protagonistas de esta novela no me suceden a mí. “Nos reímos de las desgracias, siempre ke no corramos peligro”·

¿Porke creen ser indies, badulakes de medio pelo? ¿Por llevar puesta una camiseta a rayas horizontales blancas y azules xs? ¿Por las mismas razones por las ke alguna vez odiaron dichas propuestas? ¡ke ironía!
¡noooooo!, sencillamente son indies por ke es “super wow” serlo. ¡No me jodan con eso!; Mientras ustedes mantuvieron un muy reducido margen de confianza hacia esos sonidos – por ser raros y poco snobistas- no dejaron de aparecer nuevas plataformas, nuevas personas que, salvo excepciones, creyeron en todo ese material resplandeciente. Se luchaba, o al menos se decía ke se luchaba por una causa común: la consolidación de una infraestructura alternativa independiente sólida y creativa. Hace mucho tiempo – para fortuna de la música – ke el indie clavó un alfiler cabeza roja en el mapa sonoro de la cabeza de otros…
Ahora bien, si ser indie significa sacralizar la imagen de cada artista mucho mas ke su música… entonces ustedes son indies. Claro está, eso sería como visitar una exposición de los marcos de cuadros más ornamentales del mundo. Por si ustedes no lo sabían, la mayor parte de los verdaderos grupos indies hacen caso omiso a ese aspecto tan vendible como es la apariencia, el atractivo. Y, en medio de todo aparece una nueva pregunta: ¿Contar con una facha impecable y hacerse fotos de postín añade algo a la música, a las canciones, ke en teoría son lo importante?
Bueno, no era mi intención hablar de “imagen” como lo ke se entiende por ella (Makillaje, glamour, pose) sino de magnetismo. Ese mismo ke tienen Patty Smith y Nick Cave, el ke ha conseguido ke Will Oldham rompa corazones, el ke hace de PJ Harvey una mujer más atrayente ke todas las mujeres ke caminen por las pasarelas en los próximos diez años. Magnetismo ke falta en este punto cardinal, ke nunca ha existido por más ke lo intenten. Allí… señores, está la diferencia. Y es ke para ustedes mal llamados indies, una imagen sin canción vende discos, pero una buena canción sin imagen la tiene mucho más difícil. (Bueno, Jarvis Cocker y Brett Anderson mantienen un bien llevado ekilibrio entre imagen y musica… pero es ke este par de genios crean himnos de asombro incomparable).

No se adelanten, repito: no, no soy el adalid del indie, solo soy un tipo receloso de la música.
Hoy en día ser honesto parece - sobre todo como melómano - una ingenuidad total. Es de niños. Ustedes cínicos, miran a los idealistas con la misma cara con ke los adolescentes fumadores observan a los no fumadores: la cara de una sabiduría mal entendida. La vida pierde la vida para convertirse en una mala imitación de si misma, coloreada de tonos brillantes pero en el fondo teñida del gris de las cenizas de los muertos. Quien quiera sobrevivirla no puede andar atado a una pose y mucho menos a glosas de fondo donde resuenan palabras como “wow”, “cool”. Hay palabras ke aun tienen significado para kienes creemos en la música: independencia, especificidad, determinación, reactividad y corazón. Y… puede ke parezca un ingenuo entonces, pero todavía kiero creer, y en ese momento todo empieza a girar en el sentido inverso a la apatía. En el sentido correcto, digamos.

Es lo malo de la moda… tratas de ser “cool” y corres el riesgo de terminar siendo un idiota.

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